Ante todo, desde la mirada sistémica, se observa que necesitan ser recordados, y agradecidos. Tal como fueron, tal y como fue sus vidas, sin juicios ni interpretaciones.
Honrar es una palabra profunda y sagrada que tiene relación con apreciar la grandeza y la belleza de una persona. Se honra desde un corazón humilde que se inclina ante la grandeza de otro ser humano.
Puede ser un padre, una madre , los abuelos, o un familiar lejano, alguien que nos precedió, y afronto dificultades mayores que las nuestras. Alguien que abrió camino para que pudiéramos seguir adelante.
También podemos honrar a un amigo, una pareja, o a un hijo que partió pronto, y cuya presencia nos conmovió, y despertó nuestro amor.
La muerte es un viaje, un proceso, un movimiento hacia algo más grande, y como tal, necesita ser completado. El amor ayuda a completar un ciclo. Los que estamos vivos podemos ayudarlos, alimentando en nosotros un estado de amor inocente, agradecido, rendido al destino, fuera como fuera, ese destino.
Sin juicio, ni culpa. Sin resentimiento ni exigencia. Sin pena ni sufrimiento.
Lo que más necesitan nuestros muertos es que les miremos, sintiendo;
«TE AMO, Y TE HONRO»
Suelto el miedo. Suelto el reproche. Suelto el enfado.
Te miro con humildad y amor.
Ahora veo tu deseo de descansar en paz.
Te amo.
Te libero de mi. Te dejo ir.
Gracias por ser como fuiste.
Por amor a ti, elijo sacar provecho de mi vida.
Y si dices estas frases dejando entrar la mayor paz posible en tu corazón, es muy posible que el hilo de amor que os une se expanda, se amplie y se convierta en una bendición para tu propia vida.
En realidad, el amor nunca muere, permanece vivo y nos conecta a la eternidad.
Por último, te invito a recibir con apertura estas sabias reflexiones de Bert Hellinger y dejar que tengan un efecto en tu sentir.
«Toda Vida se nutre de otra vida que ha muerto. Toda vida continua porque otra vida ha acabado. Aparentemente ha acabado, pero toda vida que sirve para nuestra nutrición, si bien terminó su ciclo de propia vida, continua en nosotros. Más adelante, nosotros nos integramos a ese ciclo. La vida aquí, sigue porque nuestra vida finaliza. En este movimiento tan amplio, la muerte es un movimiento de vida»